Indiferencia

Si por algo se caracterizan los sentimientos es por provocar sensaciones en lo más profundo de nosotros mismos. Asociamos nuestras experiencias y momentos con muchos de ellos: felicidad, rencor, orgullo, empatía, rabia, cariño… pero lo cierto es que no dejan a nadie indiferente. Ya sean positivos o no, esos sentimientos provocan en nosotros reacciones para bien o para mal y nos hacen demostrar al mundo cómo nos sentimos.

¿Pero qué pasa con la indiferencia? Quizá sea el sentimiento más extraño de todos los que podemos manifestar. Como dirían en psicología, un estado neutro.

Para los seguidores del Estoicismo, allá por el 300 a.C, la indiferencia era una virtud que se asociaba a los sabios. Pero, ¿qué transmite hoy en día? ¿no es acaso uno de los mayores desprecios que puede hacerse a una persona? ¿o por el contrario es la mejor barrera para evitar el sufrimiento? ¿es una buena forma de poner distancia con los problemas?

Lo cierto es que resulta difícil permanecer indiferente hacia personas, actos, momentos y los sentimientos de nuestros semejantes pero hay momentos en la vida en los que si llegamos a sentir esa indiferencia. ¿Por qué? Pues posiblemente porque como dice el dicho, «ya llueve sobre mojado», porque hemos pasado por esa situación varias veces, porque la vida nos ha hecho entender que no merece la pena mostrar otro sentimiento, por egoísmo o simplemente porque la vida nos ha enseñado a relativizar…

Un comentario en “Indiferencia

  1. Tienes razon, tambien pienso que la indiferencia variara a como a la persona le afecten las cosas, o cierto tipo de cosas. Cada quien sera indiferente a lo que simplemente no le quiera expresar sentimiento. Buena entrada. Saludos:3

    Me gusta

Deja un comentario